viernes, 1 de noviembre de 2019

Casos

CASO # 1 LIDIA MARINA JUAREZ FRANCISCO 


Se trata de un obrero de fábrica de 35 años. Es casado y tiene tres hijos de 7, 9 y 11 años. Problema: Al caerse de una escalera y romperse una pierna, el paciente fue internado en la sala de traumatología de un hospital general. Al tercer día se lo notó nervioso y comenzó a temblar. Se lo interrogó acerca de sus hábitos pero negó tener algún problema de bebida de alcohol en exceso. Dijo a los médicos que sólo ocasionalmente tomaba un vaso de cerveza. A la noche no podía dormir y las enfermeras se preocupaban porque hablaba con incoherencia y estaba muy ansioso. Antecedentes: Según lo manifestado por su esposa, el paciente hacía más de tres años que tomaba grandes cantidades de cerveza. El año anterior, había faltado al trabajo varias veces y lo habían amenazado con despedirlo. Todos los días, comenzaba a beber cuando volvía del trabajo a la tarde y no dejaba hasta no quedar dormido. La tarde en que se lo internó volvió a su casa como de costumbre pero se cayó en la escalera y se quebró la pierna antes de comenzar a beber. Por lo tanto no había tomado nada antes de ser internado. Su esposa estaba avergonzada del problema de alcoholismo de su marido, por lo que no dijo nada cuando su esposo fue internado. Tres días más tarde cuando se lo preguntaron directamente, les contó toda la historia. La señora dijo que su esposo había comido muy poco en las últimas semanas. Había notado que en varias ocasiones no podía recordar ni siquiera eventos importantes que habían sucedido el día anterior. Había tenido un accidente de autos dos años antes, estando alcoholizado, pero no sufrió lesiones graves. El paciente no había tenido problemas de salud graves en el pasado. La relación con su esposa, sin embargo, se había vuelto extremadamente difícil desde que comenzó a beber por lo que ella pensaba seriamente en divorciarse. Su relación con los hijos era tensa. Solía discutir con ellos, pero en la actualidad éstos trataban de evitar a su padre lo más posible. Según la esposa, el padre de su esposo había sido un alcohólico crónico y murió de cirrosis cuando éste tenía 24 años. Al examinarlo, su discurso era desordenado e incoherente. Pensaba que aún estaba en la fábrica y que tenía que terminar un trabajo. A veces reconocía algunos médicos y enfermeras que lo habían atendido los días anteriores, pero otras veces creía que eran compañeros de la fábrica. En varias ocasiones sacaba insectos que veía en su sábana. Estaba desorientado con relación al tiempo y se asustaba del menor ruido que proviniera de afuera de su habitación. Transpiraba abundantemente y no podía sostener un vaso sin volcar casi todo su contenido. Constantemente trataba de salir de la cama y no se daba cuenta de que su pierna derecha estaba enyesada.

Diagnostico

Tx por Consumo


CASO # 2 LUIS DIEGO AVALOS GARCIA 


Se trata de un joven soltero de 25 años. El paciente fue persuadido por su hermano para que busque ayuda en un hospital psiquiátrico porque tenía reacciones violentas y pensamientos suicidas. Cinco semanas antes había atacado a su madre sin advertencia y pegándole salvajemente, hasta que su hermano fue en su ayuda. Durante las semanas siguientes tuvo una cantidad de explosiones agresivas y varias veces amenazó con quitarse la vida. Explicó el ataque a su madre diciendo que ella había tratado de perjudicarlo y que había recibido instrucciones de una fuerza extraterrestre para pegarle. Después del ataque se encerró en sí mismo, absorbido por sus propios pensamientos, y a menudo hablaba solo aun cuando otras personas estuvieran alrededor. A veces su familia tenía la impresión que escuchaba voces que otras personas no podían oír. Le dijo a su hermano mayor que tenía miedo de atacar a alguien, o de matarse; temía perder control de sus propios actos. El paciente creció en la zona rural del país. Era el segundo de 10 hijos. Su padre tenía tierras pero era adicto al opio y trabajaba muy poco. La madre trabajaba la granja, sembrando cereales y criando algunos animales con la ayuda de sus hijos más chicos. El paciente dejó la escuela en el noveno grado para seguir estudiando música. Se fue de su casa y pasó los últimos años de su adolescencia en la casa de un músico, un viejo amigo de su padre quien le enseñó a tocar la guitarra. Aprendió a tocar bastante bien y se convirtió en un apasionado por la música. Tocó la guitarra en varios conciertos pero nunca pudo conseguir un trabajo fijo o ganar suficiente dinero como para mantenerse. Su hermano mayor, un maestro, lo ayudaba financieramente. Eventualmente a los 23 años el paciente se mudó con él. Se llevaban razonablemente bien siempre y cuando su hermano no interfiriera con su voluntad de estar solo. Antes de enfermarse había sido bastante ambicioso con respecto a su actividad, quería convertirse en un gran músico. Solía sentarse durante horas solo en su habitación, para tocar la guitarra. Sin embargo, no le gustaba tocar en presencia de otros y se mostraba indiferente a las alabanzas o críticas. Su interés por la música era abrumador y tenía poco contacto social. No se lo veía interesado en tener novia ni tenía amigos íntimos de su mismo sexo. El paciente era un joven bien parecido y estaba vestido apropiadamente. Al ser examinado estaba tenso, hablaba rápido y en forma excitada. Tenía tendencia a agitar la mano sin razón aparente. Su conversación estaba interrumpida por interpolaciones, y de vez en cuando se volvía incoherente e incomprensible. Se sonreía superficial e inapropiadamente. En la expresión de sus afectos era cerrado y se enojaba al hablar de su madre. Decía que ella lo hubiera querido muerto. Expresaba temor porque un poder extraterrestre llevaría su mente a otro planeta. Explicaba que este poder controlaba sus pensamientos y le daba órdenes para lastimar a otras personas. Aparentemente el poder extraterrestre hablaba sobre la situación de Ibrahim. Le decía que su madre lo quería ver muerto y le había dado instrucciones para matarla. Los últimos días antes de la internación, Ibrahim consideró la idea de matarse para impedir que el poder extraño tomara total control de él.

Diagnostico

Esquizofrenia Paranoide


CASO # 3 ANA GABRIELA MONCADA VASQUEZ 

El paciente es un hombre de 24 años que vive solo, con un subsidio social. Hasta hace un año trabajó como empleado en un banco importante. Fue reinternado en un hospital psiquiátrico porque en los últimos dos meses se había deprimido. Se encerraba en su departamento y cuando su padre fue a visitarlo encontró una soga sobre la mesa, y el paciente admitió que planeaba ahorcarse. Su padre lo llevó inmediatamente al hospital psiquiátrico y lo ingresó nuevamente. Cinco meses antes había estado internado en el mismo hospital por un episodio psicótico. Durante el año anterior se había vuelto progresivamente introvertido y se recluía. Dijo que tenía la sensación de que sus compañeros de trabajo lo vigilaban y hablaban de él a sus espaldas. Tenía dificultad para concentrarse y a menudo se retiraba por mucho tiempo al baño. En la calle la gente lo miraba de manera poco usual y tenía la impresión de que lo creían homosexual. Sentía que su teléfono estaba intervenido. Cuando estaba en su departamento escuchaba a sus vecinos de ambos lados hablar acerca de lo que él hacía y pensaban “ahora está yendo nuevamente al baño -seguro que es homosexual- trataremos de deshacernos de él”. Eventualmente dejó de ir al trabajo y fue despedido. Después de ello se recluyó en su departamento y sólo salía de noche. Tenía la sensación de que sus vecinos trataban de molestarlo, enviando corrientes eléctricas que afectaban sus genitales, por lo que finalmente se mudó a un hotel. Aún allí oía las voces de los vecinos y sentía la influencia de la electricidad que mandaban; finalmente fue a la policía. Llamaron a su padre quien manifestó haber estado preocupado por su hijo desde hacía tiempo. Dijo que éste se había vuelto tan poco comunicativo que se negaba a contestar el teléfono. Su padre lo llevó al hospital y fue internado de urgencia. En el hospital se lo trató con haloperidol (6 mg./día) y después de un mes mejoró como para ser dado alta. Continuó en tratamiento ambulatorio con haloperidol (3 mg/día) y pudo continuar viviendo solo en su departamento con un subsidio social. Aún oía voces que hablaban de él casi a diario pero ahora se daba cuenta de que eran parte de su enfermedad y no le daba demasiada importancia. Nada lo entusiasmaba y pasaba gran parte del tiempo sin hacer nada, mirando por la ventana, o fumando. Concurría regularmente a sus citas de seguimiento y tomaba sus medicamentos según prescripción médica. Según su ficha de evaluación aparecía apático e hipoafectivo, pero aparte de eso, se lo veía en estado de remisión. Para tratar efectos colaterales, recibía biperideno (4mg /día). El paciente nació y creció en una ciudad donde su padre era contador en una compañía importante. Era el tercero de tres hermanos. Después de terminar la escuela secundaria optó por la carrera comercial y comenzó a trabajar en un banco. No era ambicioso y se contentaba con ser empleado. Había sido buen alumno en la escuela y tenía muchos amigos con los que se mantuvo en contacto los primeros años después de finalizarla. Mas adelante se apartó de sus amigos y cada vez se encerró más en sí mismo. Al terminar la escuela salió con una chica, pero luego perdió interés, y ella lo dejó por otro. Después de ello no tuvo más interés en conocer otras mujeres. En el banco era un empleado responsable aunque tenía una peculiar falta de ambición e interés. Trabajaba mecánicamente y a veces los clientes se quejaban de que no entendía lo que le pedían. Su padre había notado el cambio y su familia había tratado de sacarlo de su aislamiento. Debido a que respondió agresivamente lo dejaron solo aunque se mantuvieron en contacto por teléfono. Los últimos años el paciente había vivido solo en un departamento alquilado, ya que parecía capaz de manejarse bien de esta manera. No había información alguna de enfermedad mental en su familia. Su salud siempre había sido buena y nunca había sido internado. 

CASO # 4 SHIRLEN JULIZA DEL ROSARIO SANTIAGO 


 La paciente es una mujer divorciada de 52 años. Tiene una hija y es maestra en una escuela primaria; nivel socioeconómico medio. Se quejaba de cansancio extremo al tener que permanecer despierta toda la noche para impedir que alguien entrara a su casa a robar. Cuando tenía 35 años, comenzó a lamentarse de ser el blanco de una discriminación proveniente de las autoridades de la escuela. Decía que las maestras mayores intentaban perjudicarla debido a su diferente religión. Sentía que la espiaban y que trataban de sacarla de su puesto de maestra. Algunos años después comenzó a quejarse de que sus vecinos querían tener relaciones sexuales con ella. Los acusó de perseguirla y de tenderle trampas para violarla. Hizo instalar trabas de seguridad en las puertas y ventanas y nunca salía después del anochecer. Gradualmente se volvió ansiosa e irascible, y varias veces dio parte a lo policía. Casi nunca se animaba a dormir de noche, por lo que se cansaba cada vez más. La paciente era la segunda de seis hijos. Tenía cinco hermanos. Su infancia había transcurrido sin mayores problemas. Se había casado pasados los veinte años y se divorció a los 34, aunque las razones del divorcio son poco claras. Tenía una hija que vivía con el padre. La paciente había enseñado en la misma escuela durante más de 20 años. Solía hablar de Dios o expresar conceptos religiosos pero raramente concurría a un templo. Siempre tuvo menstruaciones largas y dolorosas, hasta que hace poco tiempo cesaron completamente. Al nacer su hija tuvo un episodio de depresión leve manifestada por ingesta excesiva de alimentos y problemas para dormir. Cuando se estaba divorciando se la notó nerviosa y preocupada. A pesar del lo cual había logrado permanecer calma y trabajar como de costumbre. Era una persona pusilánime, indecisa y cautelosa. Sus colegas la caracterizaban como meticulosa y bastante estricta como maestra. Uno de sus hermanos tenía una condición mental extraña. Abandonó su trabajo y su familia para vivir en un taller que él mismo construyó. Aseguraba que dedicaría su vida al estudio de la física y que inventaría una máquina capaz de funcionar sin combustible. Durante la consulta la paciente parecía bastante normal. Su conversación era coherente y acertada. Acusó a una cantidad de personas de querer hacerle daño y de que buscaban la oportunidad de forzarla para que tenga relaciones sexuales con ellos. Negó tener alucinaciones. Le desagradaba tener que hablar de estos problemas y parecía estar cansada por sus preocupaciones persistentes. Estaba absolutamente convencida de que sus inquietudes eran reales. Aunque en realidad nunca le había pasado nada, estaba segura de que tenía razón suficiente para creer que podría pasarle. El examen físico sólo determinó obesidad leve. 

CASO # 5 KATHERYNNE YOLANDA LOPEZ LINARES 

Desde su infancia tuvo temor a las situaciones de riesgo y como resultado desarrolló miedo a viajar en aviones y tuvo dificultad para conseguir su licencia para conducir. Siempre ha sido insegura y tiene tendencia a sentirse inferior a otras personas. Su humor ha sido inestable y con tendencia a reacciones depresivas cuando tiene que enfrentar decepciones o críticas. Su padre fue descripto como introvertido y con poco humor, pero no tuvo contacto con servicios psiquiátricos. Una de sus hermanas fue internada en una sala de psiquiatría por “nervios”, los que posiblemente representaban episodios de depresión. En su infancia la paciente era considerada como de constitución débil. Parecía resfriarse a menudo y tuvo gripe varias veces. Tuvo licencia por enfermedad en repetidas ocasiones por malestares pasajeros, dolores de estómago, o dolores por tensión en su cuello y espalda. Los exámenes médicos nunca encontraron ningún tipo de perturbación somática. Su único embarazo fue sin complicaciones excepto por una leve pre-eclampsia algo antes del parto, y que fue tratada con éxito. Su presión arterial es normal y no se detectó ningún mal funcionamiento cardíaco. Datos actuales: La paciente no parecía deprimida, pero estaba tensa y hablaba muy rápido como si tuviera alguna urgencia. Describía sus problemas vívidamente, en forma espontánea, y parecía querer lograr la ayuda del facultativo. Impresionaba como inteligente y no se detectaron síntomas psicóticos. El examen físico, incluyendo la evaluación neurológica, no revelaron ningún problema somático. Los ECG, EEG y exámenes serológicos dieron resultados normales y no se detectaron anormalidades de la función tiroidea. 

CASO # 6 EDWIN RAUL FERNANDEZ TZUNUX 

La paciente es una alumna de escuela secundaria de 17 años. Durante los últimos seis meses, la paciente comenzó a tenerle tanto terror a la escuela que se la derivó a un servicio de psiquiatría para la consulta externa. Cada vez que la profesora le hacía una pregunta en la clase, se le confundía todo. Su corazón comenzaba a latir más fuerte y se mareaba tanto que tenía la sensación de que se iba a desmayar. Dejó de participar en el coro de la escuela . Durante cuatro meses antes de la derivación no había podido reunirse con otros estudiantes para almorzar en la cantina porque se sentía terriblemente ansiosa. Temblaba de arriba abajo y tenía tanto miedo de perder el control de su de su vejiga, que en ocasiones anteriores había tenido que irse en la mitad del almuerzo. Los últimos dos meses se había sentido progresivamente infeliz y perdió todo interés en la escuela. Se sentía muy cansada, especialmente a la mañana y le costaba mucho concentrarse. Su nivel en la escuela decreció mucho. Dormía poco y se despertaba por lo menos dos horas antes de lo que necesitaba para levantarse. Nunca tuvo gran apetito pero los últimos meses éste se había deteriorado mas aun. Sentía que su futuro era deprimente y varias veces deseó estar muerta. Su momento más feliz era la tarde cuando habían pasado los problemas diarios y estaba sola en su habitación. Antecedentes: La paciente nació y creció en un pequeño pueblo donde su padre era albañil. Vive con sus padres y tiene cuatro hermanos y hermanas menores. Tiene dormitorio propio. Describió la relación de sus padres como armoniosa, aunque su padre solía estar enojado de vez en cuando con su esposa porque era demasiado sobreprotectora con la paciente. La niña se desarrolló normalmente durante su infancia y se mostró feliz y sociable hasta los 14 años. Desde ese entonces, pareció cambiar. Se volvió progresivamente tímida y preocupada por saber lo que los demás pensaban de ella. Siempre se sintió como si se estuviera escondiendo de los otros. Se sentía inferior, no tenía confianza en sí misma y tenía miedo de actuar de forma rara o tonta. A los 15 años comenzó a asistir a una escuela secundaria en un pueblo vecino y logró resultados razonables hasta cinco meses antes de ser derivada al servicio de consulta externa. Desde el comienzo de la escuela secundaria se sentía incómoda cuando debía estar con otros estudiantes. Nunca pudo hacer amigos íntimos. Siempre fue de pequeña estatura para su edad y nunca comió muy bien. A los 15 años recibió un tratamiento con hormonas porque sus menstruaciones eran irregulares. De acuerdo a su mamá, una de sus tías también era muy nerviosa y tímida y fue internada en un servicio psiquiátrico por depresión. La paciente era de contextura frágil y pequeña. Al principio del examen se sonrojó y estaba tensa, se mostraba tímida y reticente. Más tarde, sin embargo, se volvió más segura y relajada. Impresionaba como anhedónica, pero no deprimida. No había sentimientos de reproche personal, inhibición psicomotriz, ni signos de pensamiento desordenado o características psicóticas. No se observaron intentos de tomar ventaja, llamar la atención de forma neurótica o tendencia a dramatizar. Admitió, aunque dubitativamente, que sus temores eran excesivos. 

CASO # 7 BERNY LIZANDRO CAAL POOU 

Durante casi dos años, el paciente ha sufrido de tensión y le resultaba imposible relajarse. Ocasionalmente se lo derivó a una clínica psiquiátrica como paciente externo porque estaba tenso y preocupado, no podía dormir y estaba lleno de sentimientos de inferioridad. A menudo se sentía aprehensivo, tenía palpitaciones y comenzaba a temblar sin una razón aparente. No podía concentrarse y se irritaba fácilmente. A la noche sus constantes preocupaciones lo mantenían despierto. En particular se preocupaba por su aptitud sexual. Tenía miedo de no poder desempeñarse sexualmente si se casaba. A los 14 años, estando de visita en la casa de unos amigos, había espiado en el dormitorio de la hermana mayor de su amigo cuando ella se estaba cambiando. Al ver a la joven de 19 años en ropa interior se excitó inmensamente y a menudo recordaba la experiencia. Desde entonces hacía lo imposible para espiar mujeres cuando se cambiaban o bañaban. Cada vez que lo hacía se excitaba y se masturbaba. El miedo a ser encontrado lo llevaba a hacerlo rápidamente, lo que aumentaba su excitación. A los 22 años estuvo con una prostituta por primera vez y después siguió haciéndolo bastante regularmente. Sin embargo en los meses anteriores a la consulta no pudo lograr la erección, lo que al principio lo hizo sentir ansioso y luego lo sintió que era inferior. Estaba incómodo en compañía de mujeres y creía que no sería capaz de casarse. Comenzó a evitar a sus amigos y se mantuvo solitario en sus ratos libres, aunque continuó trabajando. El paciente era el tercero de tres hijos de un taxista. Sus dos hermanos mayores fueron bastante exitosos en la escuela y en sus carreras. Él aprobó la escuela secundaria con notas normales y a los 18 años comenzó a trabajar como empleado en una empresa de su tío. Luego, se mudó a vivir solo. Antes de su enfermedad el paciente era considerado sociable y extrovertido. En la escuela, y más tarde en el trabajo se llevaba bien con sus compañeros. Tenía muchos amigos pero no amigos íntimos. Era físicamente normal y no tenía ninguna enfermedad seria. Tampoco había información sobre alguna enfermedad mental o trastornos de conducta en su familia directa. Datos actuales: Al ser examinado estaba tenso. No quería hablar de su comportamiento sexual pero aparte de ello era educado y cooperaba bien. Su estado de ánimo era neutral y tenía respuestas emocionales adecuadas. No se sospecharon síntomas psicóticos. A medida que la entrevista avanzaba, comenzó a hablar más y a referirse a su sentimiento de inferioridad. Parecía estar preocupado por sus experiencias de impotencia. Los exámenes físicos, incluyendo el neurológico no revelaron anormalidades. 

 CASO # 8 ERWIN DONIS MO XE 

El paciente es un joven de 23 años, soltero y que trabaja sin sueldo en la granja familiar. Motivo de consulta: Este paciente fue derivado al servicio de siquiatría debido a su extrema lentitud e indecisión. Su condición había empeorado los últimos cinco años. Durante este tiempo había estado atormentado con ideas de que podría haber hecho algo malo sin pensar o que podría haber perjudicado a otras personas. Sentía la necesidad de controlar su comportamiento para estar seguro de que no había causado daño a nadie. La primera vez que notó este problema fue cuando estaba estudiando en la universidad. Vivía allí y permanentemente tenía el pensamiento, cuando lavaba la ropa, de que podría haber mezclado la ropa suya con la de otros compañeros. También temía haber usado dinero que le habían prestado o que le había sacado a otros estudiantes, aunque en realidad nunca pedía prestado y siempre se aseguraba de pagar todo lo que debía. Se sentía con la obligación de controlar permanentemente si había cerrado la canilla o apagado la luz y los artefactos eléctricos. De lo contrario pensaba que alguien podría verse afectado o que podía causar algún daño. Al final pasaba tanto tiempo controlando las cosas que tenía poco tiempo para estudiar y dejó la universidad sin aprobar nada. Al año siguiente fue convocado al servicio militar donde se le dio tanto para hacer que no tuvo oportunidad de controles . Al regresar a su casa la necesidad de controlar todo volvió aún más fuerte que antes . Casi no podía conducir un auto porque si pasaba personas o animales en la ruta, debía pararse para ver si no estaban lastimadas. No podía salir a cazar con su padre porque después de cada tiro se tenía que asegurar de que nadie a su derecha, izquierda o aún detrás hubiera sido herido. Lo hacía aún sabiendo que esto no era posible. Su capacidad de trabajo disminuyó porque tenía que pensar en cada tarea antes de poder hacerla . Y debía controlar cada una; después de terminarla. se lo veía parado, inmóvil con ojos bajos , absorbido en sus pensamientos. Durante las conversaciones comunes decía muy poco porque se trababa en el medio de las oraciones , o en el medio de las palabras. Cuando decía algo debía reconsiderarlo y controlarlo antes de continuar. Trató de sobreponerse a la necesidad de controlar todo pero no lo logró. Gradualmente perdió la confianza en sí mismo, se sintió sin ganas y fatigado, perdió toda iniciativa y pasaba mucho tiempo descansando o durmiendo. No sentía la sensación de que estaba siendo controlado o influenciado desde afuera, y nunca tuvo alucinaciones. Antecedentes: El paciente nació y se crió en una granja. Le fue bastante bien en la escuela y luego tuvo varios trabajos como granjero y realizó estudios posteriores. Los dos años anteriores a la consulta, trabajó sin sueldo en la granja de la familia. Cuando tenía 16 años su madre se suicidó en el curso de un estado depresivo. Según el médico de la familia, ella sufría de trastorno bipolar. En el momento de ocurrido el hecho el paciente no mostró problemas aparentes en aceptar su muerte. Tiene un hermano y una hermana que viven en la misma casa. Su padre se casó nuevamente y su esposa parece ser bien aceptada por los hijos.


 CASO # 9 HECTOR ANIBAL HUB 

Se trata de una joven de 26 años. Trabaja como enfermera en un hospital de ciudad y vive sola. Motivo de consulta: La paciente se levantaba por las noches, iba a la cocina y comía todo lo que hubiera a su alcance. Se detenía sólo después de una o dos horas cuando no podía encontrar nada más que comer. Los ataques de gula siguieron durante cinco años hasta que consultó a su médico general, quien la derivó para tratamiento psiquiátrico, por una supuesta depresión relacionada con sus ataques de ansiedad comer. Sus episodios de gula estaban precedidos por sentimientos de tensión severa y obtenían una cierta relajación, aunque esto iba acompañado por vergüenza y desesperación. Durante el año anterior a la derivación los períodos de gula habían aumentado de dos a tres veces por semana. Por lo general ocurría a la noche después de dormir algunas horas. Después de comer como desaforada se sentía explotar pero no vomitaba. Trataba de deshacerse de la comida tomando grandes cantidades de laxantes. Su peso era inestable pero había logrado mantenerlo dentro de los límites normales simplemente ayunando entre sus crisis de gula. Odiaba la gordura pero en realidad, nunca había sido delgada. Sus ataques de comer en exceso la hacían sentir culpable y desesperanzada. Había pensado en el suicidio tomando una sobredosis de los somníferos que su médico clínico le había prescripto para su insomnio. Podía hacer su trabajo adecuadamente y sólo había tomado unos días de licencia por enfermedad. Antecedentes: La paciente creció en un pueblo donde su padre era maestro. Después de la secundaria estudió para ser enfermera y tuvo varios trabajos en salas geriátricas. Siempre había sido sensible, temerosa de las críticas y tenía baja estima personal. Hacía lo imposible para vivir de acuerdo a lo que se esperaba de ella y se sentía frustrada a la menor crítica. Se había enamorado más de una vez, pero nunca se animó a comprometerse porque tenía miedo al rechazo y posiblemente por temor a una relación sexual. Tenía sólo unas pocas amigas íntimas porque le resultaba difícil hacer amigos. A menudo se sentía tensa e incómoda al estar en compañía. Evitaba ir a reuniones o fiestas porque tenía miedo a las críticas o al rechazo. Datos actuales: Al examinarla, la paciente se presentaba callada y reticente. Su estado de ánimo era moderadamente depresivo y lloraba silenciosamente mientras describía sus dificultades. No se sospecharon elementos psicóticos. Era saludable y su peso estaba en el promedio. Ella percibía su peso como un poco más del de lo que deseaba. Dijo que tenía miedo de volverse obesa.


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